"ASÍ COMO EL HABLAR IMPRUDENTE CONDUCE AL ERROR,

TAMBIÉN EL SILENCIO IMPRUDENTE DEJA EN EL ERROR A LOS QUE TENDRÍAN QUE SER INSTRUÍDOS"

(Papa San Gregorio Magno - Regla Pastoral, II, 4).

"DEBEMOS EVITAR EL ESCÁNDALO. PERO SI POR EL ESCÁNDALO SE PRODUCE LA VERDAD,

ANTES QUE ABANDONAR LA VERDAD, SE DEBE PERMITIR EL ESCÁNDALO"

(Papa San Gregorio Magno - Homilías sobre Ezequiel, VII. 5).


domingo, 1 de marzo de 2009

DESARROLLANDO LAS HABILIDADES PARA LA ENSEÑANZA

Por Sa Bom David J. Marcarelli


Traducción del artículo publicado en “MI GUK KWAN NEWS” de Octubre de 2008 (Vol.11 Número 4 - Pág. 16), realizada por SBN Ricardo A. Longinotti. Puede consultarse el original en inglés en www.tsdmgk.com, sección Newsletters.

La mayoría de los Instructores tienen poco, o nada, de entrenamiento formal en Teorías de Enseñanza y Técnicas Académicas. Nuestro entrenamiento en estos temas usualmente se reduce a observar a nuestros Seniors, o a través de Ensayo y Error. Hay carreras terciarias completas dedicadas al estudio de las Teorías y los Principios de Enseñanza, y por eso sería imposible tratar todos los aspectos del Entrenamiento Académico Formal en un solo Newsletter. Sin embargo, hay ciertas características asociadas al hecho de ser un buen Educador, que pueden ser aprendidas y practicadas.
Los Instructores que han sido capaces de refinar sus habilidades de enseñanza usualmente poseen ciertas cualidades que los diferencian claramente de los Instructores menos experimentados. Ahora veremos algunos de los puntos más comunes de interés.

Los buenos Instructores tienen la habilidad y el deseo de conocer de comprender las necesidades de sus alumnos. Los alumnos se inscriben en sus clases por diferentes razones. El Instructor debe construír una relación sólida con sus alumnos, para determinar si sus objetivos han sido alcanzados, y para mostrar su interés por el desarrollo personal de cada alumno. Una relación construída sobre el respeto mutuo y la comprensión es una ayuda muy positiva para la enseñanza. Un Instructor debe tener el deseo de enseñar. El futuro de su escuela y de nuestra Asociación se basa en los Instructores que están dedicados a enseñar y a compartir sus conocimientos. Los alumnos Seniors deberían tomar cada oportunidad que se les brinde para enseñar. La experiencia viene de la práctica. Si bien es cierto que “Ensayo y Error” no es el mejor camino para aprender nuevas habilidades, sin lugar a dudas usted va a aprender algo nuevo cada vez que enseñe. Enseñarle a un cinturón blanco puede ser más gratificante e instructivo que enseñarle a un grupo de alumnos avanzados. Que usted sea voluntario para enseñar no sólo ayudará a la organización de la clase, sino que también lo ayudará a desarrollar su propio estilo para enseñar.

Ser capaz de demostrar las propias habilidades y tener un completo conocimiento del material que debe ser enseñado va más allá de la simple habilidad de mostrar una técnica. Un buen Instructor debe tener la habilidad de complementar el conocimiento que entrega. Explicar las aplicaciones prácticas, historia y variantes de todas las teorías y técnicas que enseñe le demostrará al estudiante que usted tiene una actitud profesional para enseñar.

El Instructor debe generar un alto grado de interés en su clase, en el material enseñado y, más importante, en el propio arte. Yo he tenido el privilegio de participar en varios Tests Kodanja y he observado a muchos Instructores muy calificados. Estos Instructores enseñan con pasión. Yo salí de esas clases con una nueva perspectiva y un renovado aprecio hacia nuestro Arte, ¡y eso que yo sólo estaba mirando! Imaginen ustedes lo que habrán sentido los alumnos en dichas clases. El entusiasmo es contagioso.

La motivación., al igual que el entusiasmo, es contagiosa. La motivación es el deseo y la determinación de alcanzar determinados objetivos. El Instructor debe ser capaz de fijar objetivos para sí mismo y para sus estudiantes. Las clases deben ser planeadas con anterioridad para determinar los objetivos que se deben lograr en cada clase. Los estudiantes deben conocer los objetivos de cada clase, y los medios por los que dichos objetivos serán alcanzados. Esto les dará a los estudiantes una clara idea de qué se espera de ellos, y sobre cómo deben trabajar para lograrlo. Los objetivos a largo plazo deben ser fijados combinando nuestra filosofía marcial con las necesidades de los estudiantes. Por ejemplo llegar al nivel Dan a la vez que se pierde peso. Esto les demuestra a sus alumnos que usted está bien organizado, y que tiene un plan para ayudarlos a alcanzar sus objetivos.

Un Instructor exitoso comprende que una única forma de enseñar puede no ser adecuada para todos los miembros del grupo. Los Instructores de artes marciales estamos en una posición única. A diferencia de las clases en los colegios dónde un profesor trabaja con una clase dónde todos los alumnos tienen aproximadamente la misma edad y los mismos conocimientos (Ej.: chicos de 10 años en 5º grado de escuela primaria), nosotros muchas veces deberemos enseñar a una clase dónde se mezclan alumnos menores y adultos, que a su vez tienen diferentes rangos y experiencia. Esto crea muchos desafíos y muchas posibilidades. En próximos artículos, yo quisiera discutir acerca de diferentes tipos y características de enseñanza, pero por ahora quiero poner el acento en la necesidad de ser ingenioso y creativo al momento de presentar el material de trabajo. La repetición juega un papel fundamental en el desarrollo de las técnicas, pero ciertos grupos de poca edad y ciertos individuos particulares pueden aburrirse con una práctica monótona. Nosotros estamos compitiendo con y por el tiempo del alumno. Los alumnos no seguirán en su clase si ellos no disfrutan el tiempo que pasan en su clase. Ellos podrán buscar una clase en otra escuela o en otra actividad o deporte. La forma en que sean presentados los contenidos de la clase en el corto tiempo de que disponemos, determinará el nivel de satisfacción que alcancen sus alumnos en su clase. El Instructor demuestra su creatividad desarrollando o usando los auxiliares de entrenamiento para complementar el material que enseña. Mantenga un enfoque fresco y activo para su enseñanza, pero sin perder nunca su Filosofía Moo Do. El estilo Mi Guk Kwan nos ofrece varias veces al año la posibilidad de encontrarnos con otros Instructores a lo largo del país, tanto en Torneos como en Seminarios y Campamentos, y allí tenemos la gran posibilidad de intercambiar conocimientos y experiencias, lo cuál nos ayudará a incrementar nuestras propias habilidades, y a mejorar nuestra posición en el mundo de las Artes Marciales.

Finalmente, se dice que la Empatía es “ponerse uno mismo en los zapatos del otro”. La Empatía es la habilidad de comprender los sentimientos y las actitudes de la otra persona. Un Instructor debe tener el deseo real de ayudar a que sus alumnos aprendan, y jamás debe adoptar una actitud de condescendencia o de superioridad. Tener paciencia es el primer paso para desarrollar Empatía. No se sienta frustrado por el desempeño de un alumno. Recuerde cuando usted recién empezaba a entrenar, y los desafíos que tuvo que superar. Esta idea debe ser explicada a todos los alumnos dentro de su clase. Los alumnos avanzados deben “devolver” la paciencia y empatía que usted tuvo hacia ellos en el pasado, mostrando esa misma paciencia y empatía al trabajar con alumnos nuevos o con técnicas nuevas.

La creencia de que los buenos Instructores son líderes y maestros por nacimiento es cierta sólo hasta cierto punto. Los buenos métodos de enseñanza pueden ser practicados y aprendidos. Cuando usted tome clases de otros Instructores, fíjese no sólo en lo que se ha enseñado, sino también en cómo se ha enseñado. Estoy seguro que allí usted podrá reconocer algunas de las características comentadas antes. Si bien esto no es una lista definitiva y completa de las cualidades de un buen Instructor, todas éstas pueden ser aplicadas en cualquier lugar dónde se enseñe o entrene. Practicar su forma de enseñar es al menos tan importante cómo practicar sus técnicas.

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