El Artista Marcial de Edad Madura
por Sa Bom Paul Carty
Reimpreso de MI GUK KWAN NEWS (Volumen
#8 / NRO. 1) – Invierno 2004
Traducido por Sa Bom Nim Ricardo
A.Longinotti
Todos
nosotros sabemos que a medida que pasan los años, nuestras proezas físicas y atléticas,
así como nuestra habilidad para sanar luego de sufrir una lesión, comienza a
disminuir.
En
consecuencia, muchas personas usan esta realidad como excusa para evitar hacer
ejercicios físicos vigorosos, tales como deportes y, en particular, practicar
artes marciales. Sin embargo, con un poco de determinación y una buena dosis de
sentido común, usted puede continuar entrenando artes marciales luego de llegar
a los sesenta años o aún más.
Antes
de comenzar cualquier sesión de entrenamiento, es importante precalentar y
estirar los músculos que usted va a utilizar en la forma adecuada. Nosotros
podemos recordar los “viejos buenos tiempos” cuando podíamos “saltar” dentro de
cualquier actividad con poco o ningún riesgo de lesiones. Sin embargo para nosotros
los “veteranos”, un precalentamiento apropiado es obligatorio. Nuestros
músculos y tendones son ahora menos elásticos de lo que una vez fueron, y están
más propensos a resentirse o dañarse, lo que nos lleva a perder tiempo de
entrenamiento, o incluso muchas veces,
resulta en el fin del entrenamiento. Y desde luego, estos problemas tardan
mucho más tiempo en sanar que cuando éramos más jóvenes.
Ahora
bien, ¿Cómo podemos entrenar sin sufrir ninguna consecuencia adversa?. Algunas
de las lesiones más comunes sufridas por los atletas de edad madura son
distensiones musculares en muslos e ingles, lesiones en la espalda, distintos
tipos de lesiones en las rodillas (inflamación, desgarros en cartílagos y
ligamentos, etc.) y cosas similares. Esto significa que debemos poner especial
atención en estas áreas del cuerpo.
Idealmente,
uno debería dedicar tiempo suficiente para hacer que la sangre fluya
convenientemente por esas áreas antes de comenzar su entrenamiento. En la
práctica, sin embargo, hará un estiramiento limitado, para medir su límite de
flexibilidad, seguido de repeticiones a media velocidad, y gradualmente
incrementará la velocidad hasta llegar a su máximo cuando sus músculos estén
correctamente precalentados. Esto es extremadamente importante, ya que practicar
en forma intensa sin que sus músculos hayan entrado en calor, es una manera
casi segura de terminar con algún tipo de lesión. Esto, por supuesto, provocará
que el practicante no pueda entrenar en su mejor nivel, o incluso obligará a
detener el entrenamiento hasta que la lesión se cure.
Segundo,
nosotros debemos conocer y entrenar dentro de los límites que nuestro cuerpo
nos permite. Yo sé que muchos de nosotros creemos que todavía somos jóvenes,
pero lo cierto es que al pasar los años, nuestros cuerpos cambian, tanto en su
rendimiento como en su posibilidad de recuperarse luego de sufrir lesiones.
Una
cosa es entrenar con compañeros más jóvenes, pero otra bastante distinta es
ignorar cuál es nuestra edad real, y olvidar que los cambios en nuestros
cuerpos llevan a que aumenten mucho las posibilidades de sufrir una lesión
grave, que pondrá fin a nuestra carrera como practicantes de artes marciales.
Todos nosotros tuvimos compañeros con los cuales compartimos años de
entrenamiento, pero que fueron obligados a dejar la práctica debido a lesiones
en sus rodillas, cintura, espalda, o cualquier otra zona de sus cuerpos. A
menos que usted esté ansioso de ser uno de esos individuos desafortunados,
usted debe aprender a modificar su entrenamiento haciendo lo necesario para no
arriesgar su futuro como practicante.
Como
un ejemplo, mis rodillas son muy frágiles, y ya he tenido dos operaciones en
una de ellas. Si yo intentara entrenar tal cómo lo hacía tan sólo cinco años
atrás, sólo duraría unos pocos meses como máximo. Es por eso que yo muy
raramente realizo patadas de salto, sustituyéndolas por otras patadas sin
salto. Es cierto que a veces me siento mal cuando veo que no puedo realizar
patadas que realizan mis juniors, pero la realidad es que gracias a estas
modificaciones yo he podido seguir practicando artes marciales, y espero seguir
entrenando por varios años más.
Tan
importante como entrenar dentro de sus propios límites es darle a su cuerpo el
tiempo suficiente para que se sane de sus lesiones. Es un hecho que debe
aceptar: usted ya no puede encarar una actividad física vigorosa sin sufrir
ocasionalmente alguna lesión. Si usted no le dá a sus lesiones el tiempo
suficiente para que se curen completamente, sólo logrará que éstas se
compliquen más, poniendo en serio riesgo su futuro como artista marcial. Esto
no significa que usted no pueda entrenar hasta que su cuerpo se cure, sino que
debe limitarse más en su práctica hasta tanto sus músculos y articulaciones
estén lo suficientemente fuertes para soportar el esfuerzo sin extenuarse. Aquí
es dónde el sentido común entra a trabajar. Si usted sabe que no puede
practicar en forma óptima debido a una lesión o simplemente porque ya no es un
joven, sería ridículo que usted ignore lo que su cuerpo quiere decirle. Usted
sólo logrará que las cosas empeoren, y apresurará su declinación física hasta
terminar en una vida sedentaria.
Todos
nosotros, a medida que pasan los años, vamos teniendo problemas y/o lesiones
que nos producen algún grado de limitación en nuestro rendimiento físico. Estas
limitaciones pueden ser utilizadas como una excusa para no entrenar o, usando
el sentido común y un poco de cuidado, uno puede seguir entrenando a pesar de
ellas. Esto es como una bisagra un poco oxidada. Al usarla, esta podrá hacer un
sonido desagradable, pero todavía funciona aceptablemente. Sin embargo, si
usted no usa la bisagra, esta se oxidará cada vez más y terminará por quedar
inútil. Pues bien, su cuerpo actúa de la misma manera que esa bisagra un poco
oxidada.
Recuerde,
a pesar de que usted ya no está en la misma condición física que tenía cuando
era joven, en la medida de que usted continúe su entrenamiento, siempre estará
mejor que aquellas personas de su edad que no tienen ninguna actividad física.
Con un poco de cuidado y de conciencia de su propia realidad, usted debe ser
capaz de continuar su entrenamiento y de
esa manera seguir disfrutando de todos los beneficios físicos y mentales que
éste le brinda.
07
de Abril de 2006
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