"ASÍ COMO EL HABLAR IMPRUDENTE CONDUCE AL ERROR,

TAMBIÉN EL SILENCIO IMPRUDENTE DEJA EN EL ERROR A LOS QUE TENDRÍAN QUE SER INSTRUÍDOS"

(Papa San Gregorio Magno - Regla Pastoral, II, 4).

"DEBEMOS EVITAR EL ESCÁNDALO. PERO SI POR EL ESCÁNDALO SE PRODUCE LA VERDAD,

ANTES QUE ABANDONAR LA VERDAD, SE DEBE PERMITIR EL ESCÁNDALO"

(Papa San Gregorio Magno - Homilías sobre Ezequiel, VII. 5).


viernes, 29 de agosto de 2014

EL ARTISTA MARCIAL DE EDAD MADURA

El Artista Marcial de Edad Madura
por Sa Bom Paul Carty
Reimpreso de MI GUK KWAN NEWS (Volumen #8 / NRO. 1) – Invierno 2004
Traducido por Sa Bom Nim Ricardo A.Longinotti

Todos nosotros sabemos que a medida que pasan los años, nuestras proezas físicas y atléticas, así como nuestra habilidad para sanar luego de sufrir una lesión, comienza a disminuir.

En consecuencia, muchas personas usan esta realidad como excusa para evitar hacer ejercicios físicos vigorosos, tales como deportes y, en particular, practicar artes marciales. Sin embargo, con un poco de determinación y una buena dosis de sentido común, usted puede continuar entrenando artes marciales luego de llegar a los sesenta años o aún más.

Antes de comenzar cualquier sesión de entrenamiento, es importante precalentar y estirar los músculos que usted va a utilizar en la forma adecuada. Nosotros podemos recordar los “viejos buenos tiempos” cuando podíamos “saltar” dentro de cualquier actividad con poco o ningún riesgo de lesiones. Sin embargo para nosotros los “veteranos”, un precalentamiento apropiado es obligatorio. Nuestros músculos y tendones son ahora menos elásticos de lo que una vez fueron, y están más propensos a resentirse o dañarse, lo que nos lleva a perder tiempo de entrenamiento, o incluso  muchas veces, resulta en el fin del entrenamiento. Y desde luego, estos problemas tardan mucho más tiempo en sanar que cuando éramos más jóvenes.

Ahora bien, ¿Cómo podemos entrenar sin sufrir ninguna consecuencia adversa?. Algunas de las lesiones más comunes sufridas por los atletas de edad madura son distensiones musculares en muslos e ingles, lesiones en la espalda, distintos tipos de lesiones en las rodillas (inflamación, desgarros en cartílagos y ligamentos, etc.) y cosas similares. Esto significa que debemos poner especial atención en estas áreas del cuerpo.

Idealmente, uno debería dedicar tiempo suficiente para hacer que la sangre fluya convenientemente por esas áreas antes de comenzar su entrenamiento. En la práctica, sin embargo, hará un estiramiento limitado, para medir su límite de flexibilidad, seguido de repeticiones a media velocidad, y gradualmente incrementará la velocidad hasta llegar a su máximo cuando sus músculos estén correctamente precalentados. Esto es extremadamente importante, ya que practicar en forma intensa sin que sus músculos hayan entrado en calor, es una manera casi segura de terminar con algún tipo de lesión. Esto, por supuesto, provocará que el practicante no pueda entrenar en su mejor nivel, o incluso obligará a detener el entrenamiento hasta que la lesión se cure.

Segundo, nosotros debemos conocer y entrenar dentro de los límites que nuestro cuerpo nos permite. Yo sé que muchos de nosotros creemos que todavía somos jóvenes, pero lo cierto es que al pasar los años, nuestros cuerpos cambian, tanto en su rendimiento como en su posibilidad de recuperarse luego de sufrir lesiones.

Una cosa es entrenar con compañeros más jóvenes, pero otra bastante distinta es ignorar cuál es nuestra edad real, y olvidar que los cambios en nuestros cuerpos llevan a que aumenten mucho las posibilidades de sufrir una lesión grave, que pondrá fin a nuestra carrera como practicantes de artes marciales. Todos nosotros tuvimos compañeros con los cuales compartimos años de entrenamiento, pero que fueron obligados a dejar la práctica debido a lesiones en sus rodillas, cintura, espalda, o cualquier otra zona de sus cuerpos. A menos que usted esté ansioso de ser uno de esos individuos desafortunados, usted debe aprender a modificar su entrenamiento haciendo lo necesario para no arriesgar su futuro como practicante.

Como un ejemplo, mis rodillas son muy frágiles, y ya he tenido dos operaciones en una de ellas. Si yo intentara entrenar tal cómo lo hacía tan sólo cinco años atrás, sólo duraría unos pocos meses como máximo. Es por eso que yo muy raramente realizo patadas de salto, sustituyéndolas por otras patadas sin salto. Es cierto que a veces me siento mal cuando veo que no puedo realizar patadas que realizan mis juniors, pero la realidad es que gracias a estas modificaciones yo he podido seguir practicando artes marciales, y espero seguir entrenando por varios años más.

Tan importante como entrenar dentro de sus propios límites es darle a su cuerpo el tiempo suficiente para que se sane de sus lesiones. Es un hecho que debe aceptar: usted ya no puede encarar una actividad física vigorosa sin sufrir ocasionalmente alguna lesión. Si usted no le dá a sus lesiones el tiempo suficiente para que se curen completamente, sólo logrará que éstas se compliquen más, poniendo en serio riesgo su futuro como artista marcial. Esto no significa que usted no pueda entrenar hasta que su cuerpo se cure, sino que debe limitarse más en su práctica hasta tanto sus músculos y articulaciones estén lo suficientemente fuertes para soportar el esfuerzo sin extenuarse. Aquí es dónde el sentido común entra a trabajar. Si usted sabe que no puede practicar en forma óptima debido a una lesión o simplemente porque ya no es un joven, sería ridículo que usted ignore lo que su cuerpo quiere decirle. Usted sólo logrará que las cosas empeoren, y apresurará su declinación física hasta terminar en una vida sedentaria.

Todos nosotros, a medida que pasan los años, vamos teniendo problemas y/o lesiones que nos producen algún grado de limitación en nuestro rendimiento físico. Estas limitaciones pueden ser utilizadas como una excusa para no entrenar o, usando el sentido común y un poco de cuidado, uno puede seguir entrenando a pesar de ellas. Esto es como una bisagra un poco oxidada. Al usarla, esta podrá hacer un sonido desagradable, pero todavía funciona aceptablemente. Sin embargo, si usted no usa la bisagra, esta se oxidará cada vez más y terminará por quedar inútil. Pues bien, su cuerpo actúa de la misma manera que esa bisagra un poco oxidada.

Recuerde, a pesar de que usted ya no está en la misma condición física que tenía cuando era joven, en la medida de que usted continúe su entrenamiento, siempre estará mejor que aquellas personas de su edad que no tienen ninguna actividad física. Con un poco de cuidado y de conciencia de su propia realidad, usted debe ser capaz de continuar su entrenamiento  y de esa manera seguir disfrutando de todos los beneficios físicos y mentales que éste le brinda.

                                                                                                      07 de Abril de 2006

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