"ASÍ COMO EL HABLAR IMPRUDENTE CONDUCE AL ERROR,

TAMBIÉN EL SILENCIO IMPRUDENTE DEJA EN EL ERROR A LOS QUE TENDRÍAN QUE SER INSTRUÍDOS"

(Papa San Gregorio Magno - Regla Pastoral, II, 4).

"DEBEMOS EVITAR EL ESCÁNDALO. PERO SI POR EL ESCÁNDALO SE PRODUCE LA VERDAD,

ANTES QUE ABANDONAR LA VERDAD, SE DEBE PERMITIR EL ESCÁNDALO"

(Papa San Gregorio Magno - Homilías sobre Ezequiel, VII. 5).


viernes, 9 de septiembre de 2016

Black Belt At 64 Years Old - Cinturón Negro a los 64 años

En el año 2007 el Maestro de Tang Soo Do Constantino Terrigno (de U.S.A.) comenzó su website www.tangsoodoworld.com dónde ha colocado todo tipo de material referente a TSD: biografías de Maestros, notas, eventos, datos de las organizaciones, fotos, notas antiguas y modernas sobre TSD publicadas en distintas revistas de artes marciales. Todo el material está en inglés
De esta website he tomado la nota siguiente, para traducirla y ponerla aquí, ya que considero que la persona de la historia es un gran ejemplo de lo que TSD puede hacer por mejorar la vida de una persona. Y además su pasión es contagiosa. 

Pueden ver la nota en inglés en http://www.tangsoodoworld.com/articles/Black_Belt_at_64.htm

Black Belt At 64 Years Old - Cinturón Negro a los 64 años
By Flo Covell, Cho Dan - por Flo Covell, 1º Dan
 Baez Tang Soo Do, Middletown, NY

¿Qué es lo que hace a un artista marcial? ¿Cuál es el motor que nos propulsa a seguir? ¿Qué es lo que alimenta nuestra pasión? ¿Es acaso nuestro deseo de ser más fuertes, de aumentar nuestra concentración, de ser más saludable, de superar los miedos, o simplemente para ser capaces de patearles el trasero a los demás? Cada uno de nosotros va a responder a estas preguntas de manera diferente, ya que venimos en diferentes tamaños y formas, con diferentes edades, valores y orígenes. Sin embargo, a pesar de nuestras grandes diferencias, todos nosotros compartimos una gran pasión por nuestro arte marcial, por Tang Soo Do. 

Hemos experimentado la energía indescriptible que sentimos cada vez que entramos en nuestro Dojang. Con cada patada, con cada "ki hap", estamos inmersos en el poderoso momento actual y sentimos una impresionante energía ondulando a través nuestro. Impulsados por esto, reclamamos nuestro poder, nos despojamos de nuestras falsas y débiles auto-imágenes y somos quienes realmente somos. Nos damos cuenta del poder emocional, físico, mental y espiritual que proviene de la práctica de Tang Soo Do. Con profunda gratitud, nos sentimos humildemente agradecidos ante nuestra experiencia, y queremos compartir nuestra experiencia con otros. Queremos que otros se unan a nosotros, que den su primer paso, que lancen su primera patada, que griten su primer "ki hap". Vemos a un amigo y le decimos: "Ven, al menos toma una clase. Si yo puedo hacerlo, tú también puedes." 

Como un nuevo cinturón negro, todavía estoy definiendo quién soy, dónde he estado. ¿Cómo llegué aquí? En retrospectiva, tal vez las muchas experiencias en mi vida eran parte de mi camino en artes marciales. En mi infancia hubo muchos momentos difíciles. Sin embargo, he apreciado la movilidad física y la libertad, correr y jugar al aire libre. Pasé la mayor parte de mi vida adulta trabajando como una enfermera registrada y criando 5 hijos. Dos de mis hijos han nacido con discapacidad, uno con autismo y otro con una enfermedad neurológica grave. Hubo muchos retos a través de los años. 

Después del nacimiento de mi quinto hijo, yo estaba teniendo problemas circulatorios en las piernas y empecé a correr. Disfruté el entusiasmo de correr, la reducción del estrés y empecé a darme cuenta de los beneficios del ejercicio. A los 45 años de edad, me diagnosticaron artritis reumatoide. Al escuchar el diagnóstico, las lágrimas llenaron mis ojos y me asusté. Sin embargo, poco tiempo después, vi un programa de televisión acerca de una mujer de 60 años que tenía artritis reumatoide, comenzó a practicar karate y había mejorado en gran medida. Me sentí esperanzada e inspirada. Me dije "algún día voy a tomar clases de karate".  

Cuando cumplí 50 años, mi esposo y yo asistimos a un seminario de “Caminata sobre el fuego”, y caminamos sobre el fuego. Nos quedamos muy impresionados con el poder del potencial humano, la forma en que la mente influye en el cuerpo, y la importancia de tener una actitud positiva. Por lo tanto, nos convertimos en instructores certificados de “Caminata sobre el fuego” y conducimos “caminatas sobre el fuego”. También caminamos sobre fuego en el Show de Geraldo. Fue un tiempo muy emocionante en nuestras vidas. Sin embargo, “Caminata sobre el fuego” no se trataba de caminar sobre el fuego. Era acerca de cómo vivir cada día, la forma de estar completamente presente y cómo superar los miedos y los retos de la vida. Aprendí que podía hacer cualquier cosa si me propongo hacerla. 

En los primeros años de “mis cincuenta”, tuve que dejar de correr. La repetición constante lastimaba mis articulaciones. Yo estaba muy decepcionada. Durante muchos años el ejercicio aeróbico ha sido una parte importante de mi vida. 

Unos años más tarde, a los 55 años, me diagnosticaron fibromialgia. Caminar ayudaba un poco, pero estaba a menudo muy cansada. El año en que cumplí 60 años, mi marido, mi alma gemela, murió tras una larga enfermedad. Estaba devastada y sumergida en el dolor. ¿Cómo podría seguir adelante? ¿Quién sería yo sin él? Él creía tanto en mí. ¿Sería capaz de creer en mí misma sin tenerlo a él? Él era el viento bajo mis alas. ¿Todavía sería yo capaz de aprovechar mi potencial humano? 

Tres meses más tarde, mi hija me preguntó si quería unirme a mis nietos en sus clases de karate. Recordar el programa de televisión que había visto 15 años atrás, me inspiró para decir "Sí". De alguna manera, en el fondo, sentía que yo ya era “cinturón negro en la vida”. Yo había superado muchos retos a lo largo de los años. Había llegado el momento de manifestar en el plano físico lo que sentía espiritualmente, emocionalmente y mentalmente. Había un cinturón negro dentro de mí queriendo ser puesto en libertad. 

En septiembre de 2003, empecé a clases en Baez Tang Soo Do Karate en Middletown, New York (www.baeztsd.com). Mi viaje hacia el cinturón negro comenzó. Lancé mi primera patada, grité mi primer "ki hap".  

Yo era la única mujer jubilada/retirada en las clases y me tomaba más tiempo poder entrar en calor y aprender los diferentes movimientos. 
Pero pronto me di cuenta de todo lo que tenía que hacer era "dar solamente todo lo mejor de mí". Yo no estaba compitiendo contra nadie y avanzaba a mi propio ritmo. Al pasar las semanas y los meses, me sentía mejor y mejor... menos rigidez, menor dolor articular, y más energía. Los ejercicios en las clases eran variados, no había repetición excesiva sobre las mismas articulaciones. Era un ejercicio aeróbico que mi cuerpo podía soportar. Yo estaba encantada... se sentía como si se me hubiera dado una nueva oportunidad en la vida. Me sentía más segura, había mejorado mi concentración y la práctica me estaba ayudando a lidiar con la pérdida de mi marido. Tang Soo Do me estaba sanando física, mental y emocionalmente. Yo estaba enganchada. Gracias, Tang Soo Do. 

Dos años después de mi primera clase, después de alcanzar el cinturón rojo, se me diagnosticó un aneurisma de la aorta y una filtración en la válvula aórtica. Mis dos padres murieron de aneurismas aórticos rotos. Yo estaba programada para una cirugía a corazón abierto en el “Columbia Presbyterian Hospital” de Nueva York. Me sentía en las mejores condiciones físicas antes de la cirugía, debido a mi formación previa de dos años en Tang Soo Do. Yo estaba tan agradecida por Tang Soo Do. Como resultado de mi entrenamiento, era capaz de mantener la esperanza y la actitud positiva acerca de la cirugía. Me concentré en los pensamientos de curación y les decía a todos que iba a viajar en el "Crucero Columbia". 

Una de las primeras preguntas que le hice a mi cirujano fue "¿Cuándo voy a ser capaz de empezar a entrenar otra vez?". No me podía imaginar mi vida sin Tang Soo Do. Irónicamente, mi cirujano era cinturón negro en karate y me aseguró que estaría de vuelta en la clase un mes después de la cirugía a corazón abierto. Fui hacia la anestesia escuchando una cinta de afirmación positiva de curación que tocó continuamente durante toda la cirugía de 7 horas, y durante las siguientes 21 horas, mientras estaba en terapia intensiva. Mi válvula aórtica fue reparada y el aneurisma arreglado. Yo pasé a través de la cirugía exitosamente. Gracias, Tang Soo Do

Un mes después de la cirugía, estaba de vuelta en clase. Por supuesto que tenía algunas restricciones y aseguro que cumplí con todas las indicaciones del médico. Hice formas en movimiento lento y casi no podía decir "Ki hap". Semana tras semana, me hice más fuerte y más fuerte. Yo estaba decidida a no dejar que nada me impidiera alcanzar el cinturón negro en Tang Soo Do. Mis instructores, mi familia y mis amigos me apoyaron mucho. 

Seis meses más tarde, entré en un torneo local y obtuve 2º puesto en armas y 3º en formas, compitiendo contra adultos 20 años más jóvenes que yo. 

Luego, en mayo de 2007, dieciocho meses después de la cirugía a corazón abierto, pasé una Examen de 6 horas para cinturón negro y fuí galardonada como "Cho Dan". Yo tenía 64 años. Al fin... ¡el cinturón negro que había en mí había sido puesto en libertad! 
Me sentí orgullosa y encantada. A pesar de que yo estaba triste porque mi marido no estaba a mi lado, me sentí tan bien para poder decir: "Sí, puedo seguir adelante en la vida, ser quien quiero ser y hacer lo que quiero hacer". Tang Soo Do se convirtió en el viento bajo mis alas. Gracias, Tang Soo Do! 

Vengan... tomen sólo una clase conmigo. Si yo puedo hacerlo, ¡tú también puedes! El viaje hacia el cinturón negro comienza con la primera patada, con el primer "ki hap". Estoy segura de que usted, también, ha superado muchos desafíos en su vida. ¡Deje que el cinturón negro que hay dentro suyo salga a la luz! 

Visite el site personal de Ms. Covell en www.karategrandma.com 

Vea el video en tres partes en el que ha aparecido Ms. Covell en WebMD. 


traducida por SBN Ricardo A. Longinotti (7º Dan - TANG SOO DO MI GUK KWAN - ARGENTINA)

MI COMENTARIO: como dije en Facebook... hay alumnos, Instructores, Profesores y Maestros de más de 40 o 45 años que... año tras año... dejan de entrenar más y más cosas... 
"JUSTIFICÁNDOSE" con lesiones, problemas físicos o sencillamente la edad... 
Yo me pregunto... ¿no les dará un poco de vergüenza leer todo lo que pasó esta dama... y que sin embargo sigue entrenando?


Y para que nadie pueda pensar que soy como esos intérpretes de la ley que critica Jesús en Lucas 11:46
Y Él dijo: ¡Ay también de vosotros, intérpretes de la ley!, porque cargáis a los hombres con cargas difíciles de llevar, y vosotros ni siquiera tocáis las cargas con uno de vuestros dedos.

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