Carbonero: oficio que consistía en transportar en un carro y entregar en casas y negocios sacos con carbón, el cual era utilizado como combustible para chimeneas y hornos. Muy común a partir del Siglo XVIII, dejó de existir a principios del Siglo XX, cuando el gas reemplazó al carbón como combustible de calefacción y cocina.
Del Libro "DEJAR A DIOS SER DIOS" escrito por el Padre Carlos González Vallés, SJ (sacerdote jesuita), tomo un extracto del Capítulo "LA FE DEL CARBONERO":
"Tenemos en castellano una expresión religiosa que encierra un valor indudable en su profunda sencillez, a la vez que un peligro que con frecuencia se nos escapa, precisamente por el candor inocente de la profesión espontánea de fe que entraña. La expresión es: "LA FE DEL CARBONERO". Toma la imagen de la profesión más humilde que conoce, del trabajador que se mancha de negro al cargar sobre sus hombros los sacos de carbón y descargarlos en las carboneras de los pisos para que se calienten los hogares que aún funcionan con carbón; supone que el trabajador no tiene estudios, pero tiene fe; que en medio de la negrura y la molestia del polvo del carbón está satisfecho con su vida y agradecido a Dios, sin quejarse ni preguntarle por qué él carga con el carbón y otros lo queman con toda comodidad; y lo pone como modelo a una sociedad sofisticada que ahoga el concepto de Dios en dudas filosóficas y quejas existenciales más negras en sus almas que el carbón en las manos del carbonero. Y surge la frase en el católico honrado que afirma su fe sin ambages por encima de cualquier otra consideración de clase o de saber: "Para mí... ¡la fe del carbonero!"
En uno de mis viajes a España, estaba yo hablando con una señora muy culta, y la conversación, por ser yo sacerdote y desconocer por mi larga ausencia temas de actualidad en España, pasó pronto por necesidad al terreno religioso. Apenas mencioné yo el nombre de algún movimiento o tendencia en la Iglesia moderna, cuando la culta dama me paró en seco y me dijo: "No quiero oír nada de esas cosas. Para mí... ¡la fe del carbonero!".
Quizás fuera porque oía yo esa frase por primera vez después de muchos años, o por el contraste tan marcado entre el carbonero y la dama refinada, o por mi interés personal de "hobby" sagrado en todo lo que se avance en el estudio de la Sagrada Escritura, Cristología o sencillamente serio pensamiento religioso; el caso es que reaccioné inmediatamente y le dije más o menos lo siguiente:
"Señora, usted es una persona de cultura muy por encima de lo ordinario; usted entiende de arte y música, sabe distinguir a primera vista entre un Renoir y un Monet, habla cinco idiomas, me dice que le gusta más Ricardo Mutti como director de orquesta que Claudio Abbado, y que puede mantener una conversación inteligente y amena sobre casi cualquier tema del mundo... excepto el de religión. Ahí hay algo que falla. Usted ha ido aumentando sus conocimientos y refinando sus gustos a lo largo de su vida en todas las direcciones... menos en una, que es su entender a Dios y a Cristo y a su Evangelio. En eso se agarra usted del Catecismo que aprendió de niña y a las clases de religión que le dieron en el Colegio hace no quiero saber cuántos años, y no sale de ahí. Ahí se atasca. Y se refugia con rapidez, casi con orgullo, en el dicho de "la fe del carbonero".
Señora, la fe del carbonero está bien para el carbonero, pero no para usted. La fe del carbonero es para el carbonero, como la fe del ingeniero es para el ingeniero, la del filósofo para el filósofo, y la de una persona culta para una persona culta.
Me atrevo a decir que una de las causas de desorientación religiosa que se observa hoy en España en familias tradicionales en materia de creencia y práctica religiosa es precisamente ésta: la generación adulta no ha desarrollado un entendimiento inteligente del catolicismo paralelamente al conocimiento de su especialidad y al ejercicio de su profesión. Hemos dado a luz una generación de excelentes técnicos, grandes médicos e ingenieros, economistas y empresarios que eran autoridades en su terreno... y carboneros en religión. Así nos ha ido.
..."
Hasta aquí, "la fe del carbonero".
Dicho en otras palabras, la Fe en Dios no debe ser una cuestión de puro sentimiento o emoción. La verdadera Fe es un movimiento de la voluntad de TODA la persona humana (cuerpo, mente, espíritu y emociones) que adhiere libremente y sin reservas a las enseñanzas del Evangelio (o de otra religión).
Pero si esta adhesión es una cuestión puramente emocional, como la de los niños pequeños, que hoy quieren desesperadamente algo y mañana lo olvidan... tendremos personas que hoy creen en Dios, el próximo mes en Bhuda, el siguiente mes en los Ovnis... y luego quién sabe en qué.
Como la Fe involucra a TODA la persona, es necesario que la parte racional de la persona reciba las enseñanzas y explicaciones que le muestren que su Fe no es "una sarta de delirios" o "mentiras para ignorantes crédulos" sino que tiene sólidos fundamentos que le dan a sus enseñanzas una coherencia interna y una lógica sin errores (dentro de los límites que el cerebro humano puede entender). Y para entender esto hay aprender y desarrollar la comprensión de los Fundamentos de la Fe, sin quedarse en la adhesión puramente emocional de un niño pequeño... o de una persona sin estudios ni inquietudes intelectuales. De esa manera, su cerebro no tendrá conflictos internos con su "corazón".
NOTA: yo nombré cuatro componentes de la persona, pero recién sólo hablé de la importancia de la coincidencia de mente y emociones. ¿Qué pasa con el espíritu y el cuerpo?. El espíritu es la esencia del ser humano, y precisamente es el origen del "movimiento de la voluntad" que mencioné antes. El espíritu entiende al mundo a través de la mente, siente al mundo a través de sus sentimientos y emociones (en forma resumida: "emociones"), y actúa en el mundo a través del cuerpo. El cuerpo NO participa en el acto o proceso de "tener Fe" (el cuerpo no tiene Fe "por sí mismo") pero SÍ es el medio a través del cual la persona le demuestra al mundo su Fe ( o la falta de ella).
Y ahora muchos se preguntarán... ¿y esto que tiene que ver con TSD?
¿cómo es esto de "EL TANG SOO DO (TANG SU DO) DEL CARBONERO"?
Yo veo la conexión en estas oraciones:
"... Usted ha ido aumentando sus conocimientos y refinando sus gustos a lo largo de su vida en todas las direcciones... menos en una, que es su entender a Dios y a Cristo y a su Evangelio. En eso se agarra usted del Catecismo que aprendió de niña y a las clases de religión que le dieron en el Colegio hace no quiero saber cuántos años, y no sale de ahí. Ahí se atasca. Y se refugia con rapidez, casi con orgullo, en el dicho de "la fe del carbonero"..."
Y la conexión será más clara si sustituyo "la fe del carbonero" por una respuesta muy oída en el ambiente de las Artes Marciales: "así me lo enseñó mi Maestro".
No está mal seguir lo que nuestro Maestro nos ha enseñado... yo lo he hecho y estoy muy conforme con los resultados... lo que está mal es que ÉSA SEA LA ÚNICA razón para hacerlo. Veamos...
Tuve hace años la oportunidad de hablar con el nieto de un Gran Maestro, que me contó lo siguiente: "Cuando yo tenía 13 años, estaba en la clase de mi abuelo, el Gran Maestro. Mientras yo ejecutaba una Forma, el Gran Maestro se me acercó, me acomodó ambos brazos en una posición un poco diferente SIN DECIRME NADA, y se fué... y yo seguí haciendo la Forma tratando de grabar en mi memoria la nueva posición. Esa era metodología tradicional de muchos Maestros: corregir sin explicar... y que el alumno copie al Maestro.
Lo triste es que hoy, 15 años después, todavía no sé por qué la primera posición de mis brazos en la Forma estaba mal y la segunda estaba bien... nunca me animé a preguntarle."
Noten en la última frase que se agrega otro problema: además de NO saber la razón de la corrección... ¿quién le aseguraba que hoy, 15 años después, él colocaba sus brazos en la misma posición en que su abuelo se los había colocado antes?... sólo tenía su memoria para comprobarlo.... y si sólo se hubiera ido desviando a razón de 2mm por año de la posición original... ya entonces podría haber acumulado unos 3cm de desviación... lo cual es mucho.
Depender de mi memoria como ÚNICO elemento para juzgar si lo que hago es bueno, regular o malo es claramente una mala forma de auto-corregirme y progresar.
Entonces, aquellas personas que NO aprenden el por qué de lo que hacen... aquellos practicantes a los que no les gusta o no les interesa preguntar las razones de lo que hacen... aquellos estudiantes que se quedan en la comodidad de "así me lo enseñó mi Maestro"... en vez de tomar la responsabilidad de su propio desarrollo, aprendizaje y evolución... esas personas nunca podrán progresar demasiado.
Ejemplo: He visto algunos 1º Danes ejecutando Hyones de Cinturón blanco... y en realidad ellos MISMOS parecían ser cinturones Blancos: ejecución mecánica, sin "conexión mental y/o de intención" entre los movimientos sucesivos (como si un movimiento de un Hyong no tuviera NADA QUE VER con el anterior o el siguiente)... evidentemente NO entendían lo que estaban haciendo, o cómo hacerlo bien... pero ellos eran Danes... entonces, ¿dónde estaba la evolución que SE SUPONE que tiene un Dan luego de varios años de práctica?
A esos Danes se les podría aplicar un equivalente de "la fe del carbonero": "la mentalidad de cinturón blanco eterno"
Sé que algunos podrán decirme: "Yo veo a mi Maestro cada semana o mes, y él me corrige lo que haga falta". Muy bien... si esto lo dice un alumno con uno o dos años de entrenamiento, pero... ¿Qué pasa si lo dice un cinto rojo, o un 2º Dan... o un 4º Dan?
¿No será tiempo de que ellos TAMBIÉN colaboren con el Maestro en SU propio desarrollo como practicantes... investigando... pensando... probando... comparando... analizando?
¿Hasta cuándo van a "caminar por la vida tomados de la manito" de "mamá Profesor" o "papá Maestro"... esperando que ELLOS le dén "todo servido"?
¿Qué clase de Instructores pueden llegar a ser los que se "forman" de esa manera?
Investigar... pensar... probar... comparar... analizar... nada de esto es malo...
que un alumno haga esto NO significa que dude o desconfíe de su Maestro o Estilo...
sólo significa que es un alumno que no quiere "repetir como un loro" lo que le han dicho...
se trata de una persona que quiere "hacer suyo" (internalizar) lo que ha aprendido...
y para eso la mejor manera es que uno mismo piense, pruebe, investigue, compare y analice cada técnica desde todos los ángulos posibles.
¿Qué puede ocurrir si el alumno hace esto? Pueden ocurrir tres cosas:
CASO 1: que el alumno descubra que lo que le han enseñado es muy bueno... que no es "pura fantasía" o "simple tradición"... sino que son técnicas de muy alta eficacia que pueden ser perfectamente usadas en casos reales.
Esto es lo que me ha pasado a mí con la gran mayoría de las técnicas de TSD, luego de haberlas investigado, comparado, probado y analizado por casi 40 años.
Si a alguien le sorprende que yo diga "la gran mayoría de las técnicas de TSD" y no "todas las técnicas de TSD"... le puedo decir que NO existe el Estilo Perfecto... que siempre se pueden encontrar "algunas" técnicas con las cuales uno no estará muy de acuerdo.. pero que eso no significa que el estilo sea malo y que haya que irse. Yo puedo ser leal a mi estilo sin que por ello tenga que aceptar CIEGAMENTE todo lo que me dicen.
CASO 2: que el alumno descubra que lo que le han enseñado en su Estilo es bueno pero incompleto, desde SU punto de vista.
Me refiero a Estilos que tiene reglas muy precisas en su práctica (Ej.: está prohibido aplicar cualquier técnica abajo del cinturón; o que no se pelea en el suelo)... y que por eso hay áreas del cuerpo que no son protegidas o situaciones de pelea real que NO SON enseñadas y/o practicadas durante la clase... y que por eso dejan al alumno desprotegido en caso de que un combate real derive hacia esas mismas áreas o situaciones.
En ese caso, el alumno debe pensar muy bien si esas "carencias" del Estilo le resultan importantes o no: aquellos que SÓLO piensan competir en Torneos de su Estilo o Arte Marcial, no tendrán problemas en practicar SÓLO con las reglas del Estilo...
mientras que aquellos que consideren importante aprender técnicas de VERDADERA eficacia en todas las situaciones REALES, deberán ver como complementan lo que aprenden en su Estilo actual con técnicas de otro Estilo...
o si dejan su Estilo actual para ir a practicar otro Estilo más completo.
CASO 3: Que el alumno descubra que lo que le han enseñado en su Estilo NO ES lo que él estaba buscando: quizás su Estilo actual sea muy limitado en técnicas o en forma de combatir... quizás sea un buen Estilo pero cuyas técnicas no se adaptan al tipo físico del alumno (un alumno de piernas no muy largas y bastante pesado difícilmente saque mucho provecho de un Estilo que use muchas patadas altas y saltos)... quizás el Estilo se enfoque en objetivos distintos a los del alumno (el Estilo se enfoca sólo en agarres, palancas y sumisiones... mientras que el alumno siente que ÉL necesita también saber golpear y patear)... quizás sencillamente su Profesor (o el Estilo) no sean de buen nivel o calidad.
En casos como éstos, el alumno debe considerar seriamente buscar otro Estilo.
"QUE USTED PIENSE POR SÍ MISMO NUNCA PUEDE SER MALO PARA USTED"...
se trata de SU vida y de SU progreso y de SU bienestar... y por eso mismo USTED debe al menos analizar seriamente si lo que hace es lo mejor para usted.
"QUE USTED PIENSE POR SÍ MISMO" sólo puede ser malo para aquellas personas que puedan haber estado engañándolo, "vendiéndole" por bueno algo que no lo es.
No digo que rechace consejos y sugerencias de gente a la que usted considere honesta y capacitada en el tema que está estudiando... no digo que desconfíe de lo que su Maestro o Estilo lo ofrecen... no digo que olvide todo lo que ha aprendido... pero SÍ digo que, al final, la decisión sobre a quién o a qué le confía SU vida debe ser SUYA... y para decidir bien hay que pensar, analizar, meditar cada decisión.
Digo que ponga TODO su potencial y su capacidad en REALMENTE aprender lo que le están enseñando: no ponga sólo su cuerpo a moverse, y su memoria a recordar...
ponga su mente a entender, analizar y juzgar si lo que está haciendo le funciona a usted...
ponga su espíritu (voluntad) para hacer suyo lo que hace: no es lo mismo que su pierna se mueva y su pie le pegue a la bolsa (como si su pierna y pie no fueran parte suya) a que USTED, todo usted, toda su persona (mente cuerpo, espíritu y emociones) patee la bolsa...
ponga sus emociones a trabajar, impulsándose a sí mismo a dar lo mejor de sí mismo en "todos y cada uno de los movimientos y acciones que ejecute en cada clase".
Anímese a pensar por sí mismo... anímese a poner todo su ser, toda su persona en cada una de las cosas que hace... puede llevarse algunas desilusiones... puede haber algunos cambios inesperados... pero al final actuar así y pensar por sí mismo sólo puede ser bueno, muy bueno para usted.
De otra manera, usted sólo será "un loro que repite" o "un niño llevado de la mano"... aún cuando ya lleve un cinturón de Maestro en su cintura.
por SBN Ricardo A. Longinotti (7º Dan - TANG SOO DO MI GUK KWAN - ARGENTINA)
Del Libro "DEJAR A DIOS SER DIOS" escrito por el Padre Carlos González Vallés, SJ (sacerdote jesuita), tomo un extracto del Capítulo "LA FE DEL CARBONERO":
"Tenemos en castellano una expresión religiosa que encierra un valor indudable en su profunda sencillez, a la vez que un peligro que con frecuencia se nos escapa, precisamente por el candor inocente de la profesión espontánea de fe que entraña. La expresión es: "LA FE DEL CARBONERO". Toma la imagen de la profesión más humilde que conoce, del trabajador que se mancha de negro al cargar sobre sus hombros los sacos de carbón y descargarlos en las carboneras de los pisos para que se calienten los hogares que aún funcionan con carbón; supone que el trabajador no tiene estudios, pero tiene fe; que en medio de la negrura y la molestia del polvo del carbón está satisfecho con su vida y agradecido a Dios, sin quejarse ni preguntarle por qué él carga con el carbón y otros lo queman con toda comodidad; y lo pone como modelo a una sociedad sofisticada que ahoga el concepto de Dios en dudas filosóficas y quejas existenciales más negras en sus almas que el carbón en las manos del carbonero. Y surge la frase en el católico honrado que afirma su fe sin ambages por encima de cualquier otra consideración de clase o de saber: "Para mí... ¡la fe del carbonero!"
En uno de mis viajes a España, estaba yo hablando con una señora muy culta, y la conversación, por ser yo sacerdote y desconocer por mi larga ausencia temas de actualidad en España, pasó pronto por necesidad al terreno religioso. Apenas mencioné yo el nombre de algún movimiento o tendencia en la Iglesia moderna, cuando la culta dama me paró en seco y me dijo: "No quiero oír nada de esas cosas. Para mí... ¡la fe del carbonero!".
Quizás fuera porque oía yo esa frase por primera vez después de muchos años, o por el contraste tan marcado entre el carbonero y la dama refinada, o por mi interés personal de "hobby" sagrado en todo lo que se avance en el estudio de la Sagrada Escritura, Cristología o sencillamente serio pensamiento religioso; el caso es que reaccioné inmediatamente y le dije más o menos lo siguiente:
"Señora, usted es una persona de cultura muy por encima de lo ordinario; usted entiende de arte y música, sabe distinguir a primera vista entre un Renoir y un Monet, habla cinco idiomas, me dice que le gusta más Ricardo Mutti como director de orquesta que Claudio Abbado, y que puede mantener una conversación inteligente y amena sobre casi cualquier tema del mundo... excepto el de religión. Ahí hay algo que falla. Usted ha ido aumentando sus conocimientos y refinando sus gustos a lo largo de su vida en todas las direcciones... menos en una, que es su entender a Dios y a Cristo y a su Evangelio. En eso se agarra usted del Catecismo que aprendió de niña y a las clases de religión que le dieron en el Colegio hace no quiero saber cuántos años, y no sale de ahí. Ahí se atasca. Y se refugia con rapidez, casi con orgullo, en el dicho de "la fe del carbonero".
Señora, la fe del carbonero está bien para el carbonero, pero no para usted. La fe del carbonero es para el carbonero, como la fe del ingeniero es para el ingeniero, la del filósofo para el filósofo, y la de una persona culta para una persona culta.
Me atrevo a decir que una de las causas de desorientación religiosa que se observa hoy en España en familias tradicionales en materia de creencia y práctica religiosa es precisamente ésta: la generación adulta no ha desarrollado un entendimiento inteligente del catolicismo paralelamente al conocimiento de su especialidad y al ejercicio de su profesión. Hemos dado a luz una generación de excelentes técnicos, grandes médicos e ingenieros, economistas y empresarios que eran autoridades en su terreno... y carboneros en religión. Así nos ha ido.
..."
Hasta aquí, "la fe del carbonero".
Dicho en otras palabras, la Fe en Dios no debe ser una cuestión de puro sentimiento o emoción. La verdadera Fe es un movimiento de la voluntad de TODA la persona humana (cuerpo, mente, espíritu y emociones) que adhiere libremente y sin reservas a las enseñanzas del Evangelio (o de otra religión).
Pero si esta adhesión es una cuestión puramente emocional, como la de los niños pequeños, que hoy quieren desesperadamente algo y mañana lo olvidan... tendremos personas que hoy creen en Dios, el próximo mes en Bhuda, el siguiente mes en los Ovnis... y luego quién sabe en qué.
Como la Fe involucra a TODA la persona, es necesario que la parte racional de la persona reciba las enseñanzas y explicaciones que le muestren que su Fe no es "una sarta de delirios" o "mentiras para ignorantes crédulos" sino que tiene sólidos fundamentos que le dan a sus enseñanzas una coherencia interna y una lógica sin errores (dentro de los límites que el cerebro humano puede entender). Y para entender esto hay aprender y desarrollar la comprensión de los Fundamentos de la Fe, sin quedarse en la adhesión puramente emocional de un niño pequeño... o de una persona sin estudios ni inquietudes intelectuales. De esa manera, su cerebro no tendrá conflictos internos con su "corazón".
NOTA: yo nombré cuatro componentes de la persona, pero recién sólo hablé de la importancia de la coincidencia de mente y emociones. ¿Qué pasa con el espíritu y el cuerpo?. El espíritu es la esencia del ser humano, y precisamente es el origen del "movimiento de la voluntad" que mencioné antes. El espíritu entiende al mundo a través de la mente, siente al mundo a través de sus sentimientos y emociones (en forma resumida: "emociones"), y actúa en el mundo a través del cuerpo. El cuerpo NO participa en el acto o proceso de "tener Fe" (el cuerpo no tiene Fe "por sí mismo") pero SÍ es el medio a través del cual la persona le demuestra al mundo su Fe ( o la falta de ella).
Y ahora muchos se preguntarán... ¿y esto que tiene que ver con TSD?
¿cómo es esto de "EL TANG SOO DO (TANG SU DO) DEL CARBONERO"?
Yo veo la conexión en estas oraciones:
"... Usted ha ido aumentando sus conocimientos y refinando sus gustos a lo largo de su vida en todas las direcciones... menos en una, que es su entender a Dios y a Cristo y a su Evangelio. En eso se agarra usted del Catecismo que aprendió de niña y a las clases de religión que le dieron en el Colegio hace no quiero saber cuántos años, y no sale de ahí. Ahí se atasca. Y se refugia con rapidez, casi con orgullo, en el dicho de "la fe del carbonero"..."
Y la conexión será más clara si sustituyo "la fe del carbonero" por una respuesta muy oída en el ambiente de las Artes Marciales: "así me lo enseñó mi Maestro".
No está mal seguir lo que nuestro Maestro nos ha enseñado... yo lo he hecho y estoy muy conforme con los resultados... lo que está mal es que ÉSA SEA LA ÚNICA razón para hacerlo. Veamos...
Tuve hace años la oportunidad de hablar con el nieto de un Gran Maestro, que me contó lo siguiente: "Cuando yo tenía 13 años, estaba en la clase de mi abuelo, el Gran Maestro. Mientras yo ejecutaba una Forma, el Gran Maestro se me acercó, me acomodó ambos brazos en una posición un poco diferente SIN DECIRME NADA, y se fué... y yo seguí haciendo la Forma tratando de grabar en mi memoria la nueva posición. Esa era metodología tradicional de muchos Maestros: corregir sin explicar... y que el alumno copie al Maestro.
Lo triste es que hoy, 15 años después, todavía no sé por qué la primera posición de mis brazos en la Forma estaba mal y la segunda estaba bien... nunca me animé a preguntarle."
Noten en la última frase que se agrega otro problema: además de NO saber la razón de la corrección... ¿quién le aseguraba que hoy, 15 años después, él colocaba sus brazos en la misma posición en que su abuelo se los había colocado antes?... sólo tenía su memoria para comprobarlo.... y si sólo se hubiera ido desviando a razón de 2mm por año de la posición original... ya entonces podría haber acumulado unos 3cm de desviación... lo cual es mucho.
Depender de mi memoria como ÚNICO elemento para juzgar si lo que hago es bueno, regular o malo es claramente una mala forma de auto-corregirme y progresar.
Entonces, aquellas personas que NO aprenden el por qué de lo que hacen... aquellos practicantes a los que no les gusta o no les interesa preguntar las razones de lo que hacen... aquellos estudiantes que se quedan en la comodidad de "así me lo enseñó mi Maestro"... en vez de tomar la responsabilidad de su propio desarrollo, aprendizaje y evolución... esas personas nunca podrán progresar demasiado.
Ejemplo: He visto algunos 1º Danes ejecutando Hyones de Cinturón blanco... y en realidad ellos MISMOS parecían ser cinturones Blancos: ejecución mecánica, sin "conexión mental y/o de intención" entre los movimientos sucesivos (como si un movimiento de un Hyong no tuviera NADA QUE VER con el anterior o el siguiente)... evidentemente NO entendían lo que estaban haciendo, o cómo hacerlo bien... pero ellos eran Danes... entonces, ¿dónde estaba la evolución que SE SUPONE que tiene un Dan luego de varios años de práctica?
A esos Danes se les podría aplicar un equivalente de "la fe del carbonero": "la mentalidad de cinturón blanco eterno"
¿No será tiempo de que ellos TAMBIÉN colaboren con el Maestro en SU propio desarrollo como practicantes... investigando... pensando... probando... comparando... analizando?
¿Hasta cuándo van a "caminar por la vida tomados de la manito" de "mamá Profesor" o "papá Maestro"... esperando que ELLOS le dén "todo servido"?
¿Qué clase de Instructores pueden llegar a ser los que se "forman" de esa manera?
Investigar... pensar... probar... comparar... analizar... nada de esto es malo...
que un alumno haga esto NO significa que dude o desconfíe de su Maestro o Estilo...
sólo significa que es un alumno que no quiere "repetir como un loro" lo que le han dicho...
se trata de una persona que quiere "hacer suyo" (internalizar) lo que ha aprendido...
y para eso la mejor manera es que uno mismo piense, pruebe, investigue, compare y analice cada técnica desde todos los ángulos posibles.
¿Qué puede ocurrir si el alumno hace esto? Pueden ocurrir tres cosas:
CASO 1: que el alumno descubra que lo que le han enseñado es muy bueno... que no es "pura fantasía" o "simple tradición"... sino que son técnicas de muy alta eficacia que pueden ser perfectamente usadas en casos reales.
Esto es lo que me ha pasado a mí con la gran mayoría de las técnicas de TSD, luego de haberlas investigado, comparado, probado y analizado por casi 40 años.
Si a alguien le sorprende que yo diga "la gran mayoría de las técnicas de TSD" y no "todas las técnicas de TSD"... le puedo decir que NO existe el Estilo Perfecto... que siempre se pueden encontrar "algunas" técnicas con las cuales uno no estará muy de acuerdo.. pero que eso no significa que el estilo sea malo y que haya que irse. Yo puedo ser leal a mi estilo sin que por ello tenga que aceptar CIEGAMENTE todo lo que me dicen.
CASO 2: que el alumno descubra que lo que le han enseñado en su Estilo es bueno pero incompleto, desde SU punto de vista.
Me refiero a Estilos que tiene reglas muy precisas en su práctica (Ej.: está prohibido aplicar cualquier técnica abajo del cinturón; o que no se pelea en el suelo)... y que por eso hay áreas del cuerpo que no son protegidas o situaciones de pelea real que NO SON enseñadas y/o practicadas durante la clase... y que por eso dejan al alumno desprotegido en caso de que un combate real derive hacia esas mismas áreas o situaciones.
En ese caso, el alumno debe pensar muy bien si esas "carencias" del Estilo le resultan importantes o no: aquellos que SÓLO piensan competir en Torneos de su Estilo o Arte Marcial, no tendrán problemas en practicar SÓLO con las reglas del Estilo...
mientras que aquellos que consideren importante aprender técnicas de VERDADERA eficacia en todas las situaciones REALES, deberán ver como complementan lo que aprenden en su Estilo actual con técnicas de otro Estilo...
o si dejan su Estilo actual para ir a practicar otro Estilo más completo.
En casos como éstos, el alumno debe considerar seriamente buscar otro Estilo.
"QUE USTED PIENSE POR SÍ MISMO NUNCA PUEDE SER MALO PARA USTED"...
se trata de SU vida y de SU progreso y de SU bienestar... y por eso mismo USTED debe al menos analizar seriamente si lo que hace es lo mejor para usted.
"QUE USTED PIENSE POR SÍ MISMO" sólo puede ser malo para aquellas personas que puedan haber estado engañándolo, "vendiéndole" por bueno algo que no lo es.
No digo que rechace consejos y sugerencias de gente a la que usted considere honesta y capacitada en el tema que está estudiando... no digo que desconfíe de lo que su Maestro o Estilo lo ofrecen... no digo que olvide todo lo que ha aprendido... pero SÍ digo que, al final, la decisión sobre a quién o a qué le confía SU vida debe ser SUYA... y para decidir bien hay que pensar, analizar, meditar cada decisión.
Digo que ponga TODO su potencial y su capacidad en REALMENTE aprender lo que le están enseñando: no ponga sólo su cuerpo a moverse, y su memoria a recordar...
ponga su mente a entender, analizar y juzgar si lo que está haciendo le funciona a usted...
ponga su espíritu (voluntad) para hacer suyo lo que hace: no es lo mismo que su pierna se mueva y su pie le pegue a la bolsa (como si su pierna y pie no fueran parte suya) a que USTED, todo usted, toda su persona (mente cuerpo, espíritu y emociones) patee la bolsa...
ponga sus emociones a trabajar, impulsándose a sí mismo a dar lo mejor de sí mismo en "todos y cada uno de los movimientos y acciones que ejecute en cada clase".
Anímese a pensar por sí mismo... anímese a poner todo su ser, toda su persona en cada una de las cosas que hace... puede llevarse algunas desilusiones... puede haber algunos cambios inesperados... pero al final actuar así y pensar por sí mismo sólo puede ser bueno, muy bueno para usted.
De otra manera, usted sólo será "un loro que repite" o "un niño llevado de la mano"... aún cuando ya lleve un cinturón de Maestro en su cintura.
por SBN Ricardo A. Longinotti (7º Dan - TANG SOO DO MI GUK KWAN - ARGENTINA)
NOTA: por cualquier duda o necesidad de mayores detalles sobre éste u otros temas de TSD, puede enviar un e-mail a tsdlonginotti@hotmail.com o dirigirse personalmente a las clases de TSD MGK, en los días y horarios especificados en el título de este Blog.
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